Para comer sano debemos consumir alimentos naturales y poco procesados, más cantidad de alimentos de origen vegetal (verduras, hortalizas, cereales integrales, legumbres, frutas frescas, frutos secos, etc.), consumir menos cantidad de alimentos de origen animal (carne, pescado, lácteos, huevos, etc.) y dejar para consumo esporádico productos como los derivados cárnicos y los preparados de forma industrial (embutidos, aperitivos salados, alimentos precocinados, etc.).
En definitiva, basar tu alimentación en comida real. Los alimentos reales son los que compramos en el mercado o en la tienda sin haber sufrido un proceso industrial (verduras, hortalizas, frutas, frutos secos, garbanzos, lentejas, arroz, quinoa, carnes, pescados, mariscos, huevo, leche, etc.) y que cocinamos de forma saludable y tradicional.